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Foto: Getty Images |
El último partido oficial que disputó Andy Murray fue cuando perdió con Sam Querrey en Wimbledon del año pasado, encuentro el cual terminó rengueando de los dolores que sufría. El británico desde aquel entonces estuvo trabajando duro para volver a jugar de manera oficial, aunque hace unos meses realizó una exhibición ante Roger Federer en Glasgow.
Ya poniendo los ojos en la temporada 2018, el ex N°1 del mundo estaba programado para jugar el ATP 250 de Brisbane y luego el Australian Open, pero su físico le puso un freno de mano y el británico decidió bajarse de Brisbane para luego pensar y tomar una decisión acerca del primer Grand Slam del año.
La famosa decisión no tardó en llegar y ayer en la madrugada Argentina, Murray anunció que no jugará el Australian Open porque no se siente óptimo desde lo físico. Ahora el británico emprenderá su regreso a Inglaterra para analizar cuál será su siguiente paso en la recuperación, si sigue con la rehabilitación o si decide operarse.
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